Los residuos en Madrid. 20 años de despropósito

Alodia Pérez Muñoz, diputada en la Asamblea de Madrid
Alvaro Gaertner, miembro del sectorial de economía y autor del informe “Reconstruyendo el futuro. Por un Green New Deal para España.”,

Las cosas vistas desde diferentes puntos pueden cambiar la perspectiva. Y, sin embargo, para poder definir adecuadamente, y a partir de ahí sacar conclusiones válidas, requiere de lainformación completa. Esto no siempre pasa en política, y lo hemos podido evidenciar estos últimos 2 años, desde la Asamblea de Madrid, y como parte de este proyecto llamado Más Madrid, aunque es algo que lleva pasando muchos años, demasiados seguramente. En los mentideros se comenta que la política puede ser dura, que la política corrompe, o desvía de los objetivos iniciales. Pero hay algo innegable, y es que, pese a todas las dificultades y complicaciones, desde la política, y sobre todo desde los gobiernos, es desde donde se cambian las cosas.

En el caso concreto de los residuos, y su gestión por parte de las administraciones públicas, es más que evidente, que es la voluntad política la que marca la diferencia Parece de sentido común que un país o una región que utiliza de la manera más eficiente posible los recursos naturales es mucho más rico que uno que los desperdicia. Por eso no hay quien entienda las políticas de residuos en nuestro país, y Madrid a la cabeza, que no han aspirado a generar la menor cantidad de basura posible y a reutilizar y reciclar la que se genere.

Hay imágenes muy reveladoras en este sentido. Es difícil elegir un rincón en nuestra región en la que no se encuentren botellas y latas abandonadas. Te las encuentras por las calles, en la Casa de Campo o incluso en la Bola del Mundo. Es cierto, que algunas de estas botellas y latas acaban en el contenedor amarillo, la opción que nos dan nuestros gestores. Pero claro, la siguiente imagen es la de los ríos y océanos asiáticos cubiertos de estos productos. Y si, España era uno de los principales exportadores de residuos de plástico a China, hasta que el país decidió poner fin a ser el vertedero del mundo. Ahora son otros países asiáticos los que reciben plástico de usar y tirar europeo. El plástico se fabrica con petróleo, el petróleo es escaso, el plástico cada vez más abundante. Claramente algo no está funcionando.

Otra imagen, la bolsa de basura de cualquier casa, que en nuestra región acaba en vertederos como Pinto o Colmenar o incineradoras como las situadas en Valdemingómez, compuesta en gran cantidad por residuos orgánicos (cáscaras de fruta, de huevos, restos de comida, papel manchado, etc.). Las caracterizaciones nos dicen que supone alrededor de un 40% del total. Pero es que si se separan y se reciclan adecuadamente se convierten en una excelente fuente de compost y abono para los campos de nuestra región. En definitiva, es fácil visualizar como la mayor parte de los tipos de basura que generamos son recursosnecesarios para ayudar a nuestra región a generar una economía circular, reduciendo la dependencia de materias primas, y mejorando con ello nuestra balanza comercial, generando más empleos de calidad en nuestras ciudades y pueblos y convirtiendo nuestra economía en una que respete los límites ecológicos del planeta.

En Más Madrid esta preocupación es compartida, y la búsqueda de soluciones y alternativas se hace desde múltiples flancos. La economía circular es una pata central del “Green New Deal” o Acuerdo Verde que necesita nuestra Comunidad. 

Una de las principales preocupaciones (quizá la madre del cordero) es el nulo avance de las políticas de gestión de residuos en el país, y con más saña, en nuestra Comunidad. Hace 15 años, algunos municipios de la región por iniciativa propia o con impulso del antiguo Ministerio de Medio Ambiente, como Rivas, Galapagar, San Sebastián de los Reyes, Leganés o San Martín de la Vega, pusieron en marcha “Proyectos Piloto de Compostaje Doméstico”. A día de hoy, en nuestra región sólo se puede separarla materia orgánica de los residuos en la ciudad de Madrid; la inversión en este modelo a nivel regional ha sido de 0 €, y la planificación y legislación invisibles

Con respecto a los envases, las organizaciones ecologistas llevan más de una década reclamando un sistema más eficaz de recogida y que permita la reutilización, como por ejemplo el que funcionaen países como Alemania o Dinamarca, un sistema de Devolución, Depósito y Retorno. (Este sistema está basado en dos elementos principales y muy sencillos, al dejar un depósito por el envase, que se recupera al devolverlo, se incrementan las tasas de recogida. Si los envases no acaban en contenedores de calle, donde se rompen y ensucian, podrán prepararse para la reutilización). Pero los contenedores de calle, en los que se sabe de sobra que se ha llegado a su máximo de capacidad de recuperación, sigue siendo el modelo único de recogida. ¿Cómo es posible que cueste tanto avanzar? 

Este patrón se repite una y otra vez al estudiar los distintos aspectos y condicionantes de la economía circular y de la gestión de los recursos, y al intentar impulsar estas y otras soluciones similares nos encontramos siempre con que la llave final para cambiar las cosas la acababan teniendo los gobiernos. Los y las gobernantes son los que tienen que decidir si las medidas como el Sistema de Depósito, Devolución y Retorno o la separación de la orgánica se implementan o no; y al hacerlo frecuentemente tienen que tomar partido por alguna de las partes que les presionan. 

En el caso de los residuos, las solicitudes de cambios y mejoras llegan por un lado desde de las distintas organizaciones ecologistas y vecinales, con propuestas comunes como el SDDR o la separación de la orgánica, con el objetivo de reducir las cantidades vertidas e incineradas, y  que cuentan con el aval de los buenos resultados que se han conseguido en países como Alemania con ellas, y por el otro lado, las propuestas de  empresasque se benefician de la situación actual y que quieren que se mantenga así, o que los cambios sean poco significativos, y no modifiquen el status quo que han adquirido con las políticas de los últimos 20 años. Entre estas empresas se encuentran envasadores, distribuidores, constructoras encargadas del tratamiento de los residuos, etc.  

En los últimos 25 años es evidente a quien han escuchado más nuestros gobernantes. La gestión de los residuos en la Comunidad de Madrid ha aportado un lucro significativo a unas cuantas empresas, pero han sido un elemento arrasador en cuanto al medio ambiente y al aprovechamiento de los recursos naturales, y peor aún, ha ocasionado graves perjuicios a la ciudadanía que vive próxima a vertederos y la incineradora. Por no dejar un regustillo negativo, pondremos en valor las actuaciones de algunos municipios de la región, destacando el caso de Madrid ciudad, cuando Inés Sabanés puso en marcha la estrategia sostenible de gestión de residuos en la ciudad, donde se incluía la puesta en marcha del cubo marrón para la orgánica, y un plan de reducción y eliminación de la incineración en Valdemingómez. 

Desde la Asamblea hemos trabajado incansablemente estos dos últimos años para poner nuestro grano de arena en el cambio de las políticas regionales en cuanto a gestión de residuos, preguntando y proponiendo alternativas sostenibles. Lo peleado desde las organizaciones ecologistas en las últimas décadas, con todas sus evidencias y resultados se ha trasladado una y otra vez a los gobernantes. Hasta ahora no ha sido nada fácil, “hablar con una pared” es la frase que mejor define mucho del trabajo parlamentario cuando se está en la oposición con partidos en el gobierno con poca capacidad de diálogo. 

No obstante, la irresponsabilidad de Ayuso al convocar unas elecciones innecesarias en medio de la cuarta ola de la pandemia, tiene una cosa positiva, y es que nos da una oportunidad para  conseguir un gobierno que se dedique a implementar todas estas medidas de sentido común por las que hemos estado luchando tantos años desde distintos ámbitos, ya sean las medidas para reforzar la sanidad pública por las que Mónica lleva luchando desde el comienzo de la Marea Blanca, las medidas ecologistaspor las que nosotras dos empezamos a interesarnos por la política u otras que han traído a este camino a cada una de las compañeras. Por eso, este 4-M tenemos todas una oportunidad para lograr un gobierno que se aleje de la propaganda y el conflicto constante y que por fin se ponga de parte del sentido común a la hora de gestionar y tomar decisiones, ojalá podamos conseguirlo todas juntas.

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